XXIII. Cotarros del 5x03 de ‘Lost’.

El aviso de rigor:

¡ATENCIÓN! ¡SPOILERS DE LA QUINTA DE ‘LOST’!

Éstas son las cosas que aprendemos al terminar de ver ‘Jughead’:

a) Desmond y Penny tienen un retoño que, irónicamente, se llama Charlie, como su simpático abuelo. Parece igual de tontolaba que Aaron.
b) Todos los extras que quedaban vivos después del ataque de las flechas en llamas han sucumbido a una bomba a la vera del río. Ya no nos tenemos que preocupar por más caras desconocidas en segundo término. Bueno, en cualquier momento pueden volver a aparecer Bernard, Rose y el perro, discutiendo por la dentadura postiza de alguno de ellos.
c) Juliet y los Otros saben latín. Espectacular. Sobre todo cuando dicen: ‘Ricardus Alpert’. Me pregunto si los guionistas no se descojonarán de la risa con sus propias ocurrencias.
d) En 1954, Richard gobernaba la isla con mano férrea y se enfrentaba a la milicia estadounidense y a sus bombas en plena era nuclear. A su cargo, un jovencito que se jacta de conocer la isla mejor que nadie y que tiene más mala leche que una cobra, llamado Charles Widmore. Sin duda, lo mejor del capítulo.
e) Daniel Faraday fue subvencionado por Widmore en sus experimentos. Con lo cual, ya sabemos quién envió a los cuatro fantásticos a la isla y qué hacía Faraday en The Orchid al principio de la temporada (boicotear los experimentos de Dharma, ¿no?).
f) Faraday destruye lo que ama (como todo el mundo). Arruinó la vida de su novia (o eso parece) y ahora tampoco puede salvar a Charlotte de una muerte casi segura. Personalmente, Faraday y Charlotte me importan un bledo, aunque la importancia de éste haya crecido tanto a partir de este episodio. El cazafantasmas tiene un poco más de tino, pero sólo un poco.
g) Ya sabemos por qué Richard asiste al nacimiento de Locke y por qué le visita cuando es un tierno infante. Este tipo de cosas sí que te reconcilian con las cabezas pensantes de la serie.
h) Lo de los flashes es el invento del siglo. Creo que voy a empezar a utilizarlos cuando la cosa se me vaya de las manos, a ver si aparezco en un castillo lleno de mancebos.

Esto es lo que no entendemos al terminar de ver ‘Jughead’:

a) ¿Por qué Juliet ha perdido su expresividad? Podría sentarse directamente en una butaca y observar toda la escena comiéndose palomitas.
b) ¿Por qué Desmond tiene ese look de incógnito tan hortera, y por qué se le da tan bien derribar una puerta y, acto seguido, cerrarla como si nada? Para colmo, ¿por qué uno tiene la impresión de que, realmente, no hace nada relevante en todo el episodio? ¿Es por el alto listón de ‘The constant’?
c) ¿Quién coño es Faraday, realmente? ¿Y su madre? Oh, Dios mío, ¿es la señora Hawking su madre?
d) ¿Qué significado tiene la brújula? ¿O sólo marca el norte?
e) ¿Son la novia catatónica de Faraday (que habla con los muertos) y la secuaz de Richard (que habla muy raro, supongo que para distinguirla de otras secuaces que la precedieron) la misma persona?
f) ¿Para qué sirven los viajes en el tiempo? Puesto que nada puede pasarles a nuestros personajes porque todavía no han nacido y los acontecimientos son supuestamente inalterables, ¿sirven sólo para darnos información sobre el pasado?
g) Y, por el mismo motivo, ¿qué peligro es ése en el que se ven envueltos los que se quedaron en la isla?

Bueno, se podrían añadir bastantes preguntas a la lista. Supongo que una de las cosas más decepcionantes de ‘Jughead’ es que no pasa gran cosa y que, lo que pasa, tiene toda la pinta de no tener mucha continuidad en la serie, como el temita de la bomba. Además, en comparación con los últimos dos episodios, está realizada con bastante poca imaginación y/o pereza y tampoco estará nominada al mejor montaje del año. En lo que toca al guión, los chavales intentan justificar como pueden eso de que ‘el pasado no se puede cambiar’ con la actitud dubitativa de Locke al apuntar a Widmore con el rifle; por supuesto que no lo puede matar, pero, ¿por esa razón?; si en el episodio anterior se cargó a uno de ‘sus hombres’ (aun siendo para salvar la vida de sus amigos), ¿no podía simplemente errar el tiro al apoyarse en la pierna mala? No sé, de momento me parece un poco forzado.

Hay otra cosa que me desespera, y es que nunca he visto un parto creíble en casi ninguna película o serie de ficción. Éste se lleva la palma. Sonya Walger (Penny), una actriz que habitualmente se encuentra en estado de gracia, no parece estar muy por la labor de fingir contracciones, la verdad. Cuando el niño nace, bello y casi impoluto, sin tiempo para complicaciones porque el episodio dura cuarenta y dos minutos, los dos tortolitos se dicen que se quieren sin prestar mucha atención al bebé. Sé que estoy exagerando, pero es que Desmond y Penny tienen muy difícil la labor de volver a tocarnos la fibra sensible, y ahora todo parece trillado después de la ya mítica llamada telefónica.

No se pueden decir maravillas del capítulo, si bien me alegro de recuperar a Locke en escenas interesantes (realmente, las únicas interesantes de ‘Jughead’ junto con las de los ciclones Alpert y Widmore, qué grandes actores). También es muy jugoso ver qué había antes de la iniciativa Dharma, aunque los descubrimientos revelados me sepan a poco. Me encanta cómo Locke pone, una vez más, la isla ante todo, haciendo caso omiso del destino de Faraday mientras Sawyer no entiende nada de nada y Juliet le mira como queriendo fumarse un cigarro o hacerse un dedo. En la próxima entrega, supongo que recuperaremos a los Oceanic Six + Ben haciendo cabriolas por la ciudad de Los Ángeles, sin flashbacks de la isla. Les deseo más suerte que la que tuvo Desmond en Oxford.

Sergio. 29/01/09.