sábado, 5 de junio de 2010

144. El “The end” de ‘Lost’.




Ésta es mi despedida. Sé que ha tardado en cocerse, pero creo que a esta serie se le debía algo reposado y reflexivo. Ha habido voces de todos los colores para esta series finale, no sé si la más vista de la historia pero seguro que una de las más comentadas. La opinión más extendida es que la serie ha fracasado a nivel mitológico e intelectual (explicación de qué es la isla y qué son todas y cada una de las cosas rarunas que hemos visto desfilar por la selva durante seis años) pero no a nivel emocional. Otras alaban el factor sorpresa en el desenlace de la muy polémica línea temporal alternativa. A otros les da igual todo esto y, sin más, se lo han pasado pipa con dos horas de cotarro audiovisual. Yo me quedé con cara de gilipollas y repetí hasta la saciedad ‘What the fuck?’ después de que Jack cerrase su ojo (¿acaso no estaba ese plano final en todas las quinielas?). ‘Lost’ se ha salido por la tangente, y sí, nos ha abierto la boca a todos, para bien y para mal. Los años inflarán o desinflarán el globo de Cuse y Lindelof pero, hoy por hoy, lo que han hecho tiene un mérito comercial innegable y una nostalgia amarga, nostalgia de lo que la saga isleña podría haber sido y nunca fue.





El polvazo que no vimos.

Lo último que comenté fue el episodio ‘Everybody loves Hugo’. Tranquilos, no voy a retroceder tanto en el tiempo ni os voy a aburrir con disertaciones sobre la recta final, pero sí merece la pena destacar el papel que ‘The candidate’ y ‘Across the sea’ juegan en la sexta temporada y en el conjunto de la serie.

Ambos capítulos representan la cara y la cruz de ‘Lost’, esa pugna entre acción inteligente y ausencia relativa de fondo. En ‘The candidate’ vemos cómo el enfrentamiento largamente pospuesto entre el Calvo Maligno y los candidatos de Jacob alcanza su clímax. Son cuarenta minutos extraordinarios donde se mezclan todos los ingredientes clásicos: submarinos, explosivos, muertes apotéosicas, muertes ridículas, fatalidad y un buen soporte dramático en la narración paralela (en este caso, el flashsideway de Jack y John, el más mágico de toda la temporada). Sin embargo, ‘Across the sea’ desató muchas iras y temores (confirmados dos semanas después) de que ‘Lost’ se quedaría precisamente en eso: en un paquete de acción de consecuencias imprevisibles, tanto para el espectador como para los guionistas. Se lanzan los dados sobre un tablero de senet y se avanza. Las reglas cambian a cada casilla porque en este juego vale hacer trampa. (Nota: no es lo mismo ocultar que engañar deliberadamente, y no está de más recordarlo; las reglas que uno mismo pone, también uno mismo las puede transgredir si le da la gana, en tanto que no mienta contando algo que nunca sucedió). En el capítulo de las respuestas lo que se nos ofrece es UNA DISCULPA SUBLIME disfrazada de Madre.

‘Every question you ask will simply lead to another question’.

En la que es, posiblemente, la línea de diálogo más aclaratoria de toda la serie, el espectador se da cuenta de que ni Jacob, ni su Madre, ni la Madre de su Madre tienen ni puta idea de nada. La naturaleza de la religión al desnudo. Me encanta esta conclusión y no he tenido nada en contra de ella. Pero eché de menos una cosa que ‘Lost’ sí ofreció en temporadas pasadas: una reflexión subyugante sobre lo que el ser humano es capaz de hacer en servicio de la fe. Lo que viene llamándose ‘chicha’, y que no tiene nada que ver con cerrar círculos abiertos, sino con hacer de la imperfección algo bonito e incluso deseable. Lo vimos en ‘Exodus’, lo vimos en los vibrantes diálogos de ‘The man from Tallahassee’, en la breve y contundente introducción de Jacob… De ‘Lost’ se podía esperar algo más que una caverna de luz, un pseudo-bautismo a orillas del río y un conflicto pobremente escrito entre el hermano que tiene fe y el que no la tiene. O dicho de otra forma (porque ni la caverna ni el bautismo ni el conflicto fraternal son malos en sí mismos), se podía esperar un entretenimiento que trascendiera el patrón clásico, porque ya habíamos visto cosas muy inteligentes durante el camino. Cierto que casi todas ellas tenían que ver con John Locke o con Ben Linus (sin ellos dos, nunca hubiera visto las seis temporadas completas, nunca), pero eso daba pie a la esperanza.

‘Across the sea’ terminó, y la historia de la isla se quedó en una versión en miniatura de lo que ya habíamos visto ejemplificado en todos los losties (patologías familiares y rebelión versus aceptación del destino). Sólo que esta vez era la historia de Jacob y sucedía hace dos mil años. Y aunque hay cosas destacables en este pequeño clásico de la serie, es una lástima. No la ausencia de un personaje que lo sepa todo y lo quiera compartir con nosotros, no. Es una lástima que el juego no estimule todo lo que debiera en sus últimas casillas, cuando ni siquiera se le pide racionalidad ni coherencia, sólo entretenimiento y avance. Y no estoy ni enfadado ni insatisfecho, porque he intentado adiestrar mis expectativas acerca de lo que ‘Lost’ podía dar de sí. Pero creo, TENGO FE en que las cosas se pueden hacer mejor, sea en la forma de una conversación profunda y trascendente acerca de la isla o a través de conflictos electrizantes entre personajes. ¿Quién no ha echado de menos una pequeña pausa en esta final? Sencillamente, algo que no fuera o salir escopetado de la isla o encarnarse en el candidato-sucesor de Jacob para matar al Malo Malísimo. Porque eso, señores míos, es el ejercicio peor disimulado de “escurrir el bulto” que he visto nunca. Me interesa la isla. No comprender sus misterios, sino hundirme con ellos en una apoteosis visual. Ignorar la isla es una de las cosas menos elegantes (y por qué no decirlo, más cómodas) que se podían haber hecho.

Dicho lo cual, ‘The end’ me gusta bastante. Aunque no lo parezca.

Y dicho lo cual, creo que Sun y Jin se merecían haber echado un polvo antes de morir. QUIERO CREER que se lo montaron en las jaulas antes de que el humo negro hiciese su enésima aparición sorpresa. Así que yo me lo visualizo y yo me lo como. Sun abrió las piernas por última vez y dejó que su marido la penetrase en la esquina de una tórrida celda, en el corazón de la jungla. Luego murieron ahogados, pero por lo menos follaron. Hombre ya.





El despertar.

‘The end’ es un episodio con una dirección y un montaje impecables, sobre todo al principio y al final, y las sonrisas de los Kwon o las lágrimas de nuestra Juliet o la forma que tiene el Hombre de Negro de menospreciar a Jack (“Jacob, being who he is… I expected to be a little more surprised. You are sort of the obvious choice, don’t you think?”) me pusieron muy contento. Pero…

a) Justo cuando pensábamos que Ben había pasado total del rollo redentor, va y se nos pone melancólico otra vez. Ojo, que su escena a las puertas de la iglesia es de las más escalofriantes del capítulo. Pero no tiene ningún sentido que empiece encañonando a Sawyer con su fusil y que luego éste le ayude cuando se le viene el tronco encima. Ah, ¿cómo salió de allí? Como diría mi amiga Penny: “that’s convenient”…
b) Si yo tuviese una serie tan exitosa a mis espaldas y estuviese encarando la última y esperadísima entrega, me curraría un concierto musical totalmente épico, y no un… un… lo que sea que pasó allí en el jardín de los Widmore… despropósito es poco…
c) Que Sayid cruce el umbral del más allá con Shannon y no con Nadia es ridículo. Denota el poco interés que los creadores han puesto en ese personaje, antaño uno de los más carismáticos.
d) El amor no es la única arma redentora. Por eso me gusta Locke; porque él no tiene a nadie sobándole el hombro en la iglesia. Bueno, ni él ni Boone, pero ya me dirás qué importancia tiene Boone para la serie, aparte de haber sido el sacrificio más caprichoso e incomprensible que la isla haya demandado jamás. Digamos que a la isla no le gustan los guapitos.
e) Claire desapareció en el corazón de la jungla poniéndonos a todos los pelos de punta. Su retorno prometía bastante, pero la pobre no ha dejado de ser la eterna madre de Aaron. Todo gira en torno a su hijo, esté o no esté en la isla, y su enloquecida psique apenas ha pasado de la caricatura. La aparición de la señorita Littleton en la finale ha sido, y me duele decirlo, penosa.
f) Una vidriera con símbolos de todas las religiones no es un sustituto de la materia teológica que ha alimentado a esta serie y que deseábamos ver reflejada en la trama del último episodio.
g) ¿Cuántos partos tenemos que ver en ‘Lost’, si además son todos harto cutres?
h) Si lo que hizo Desmond también podía hacerlo Jack, ¿para qué coño sirve Desmond?
i) ¿Cómo hago para poner un final a esta lista?

‘Lost’ ha terminado con todos sus personajes muertos. Pero no de la forma que nos hubiéramos imaginado. Todos mueren porque, tarde o temprano, todos morimos. Tremenda obviedad, y discutible oportunidad la de ver a los losties intentando pasar página (por enésima vez) en el purgatorio. Lo que hubiera sido un perfecto ‘reunion episode’ (un capítulo a modo de epílogo nostálgico que reúne a todos los personajes de una serie cinco o diez años después) ha suplantado el final de la serie más apasionante de la historia. La justificación que más he leído por ahí es ésta:

“Es que ‘Lost’ es una serie de personajes”

¿Y qué serie no lo es? ¿Hubiese dejado ‘Lost’ de ser una serie de personajes si nos hubiesen contado algo que, efectivamente, tuviese que ver con la isla, el único e indiscutible núcleo temático de la serie?

Conversaciones con Penny.

Mi querida anfitriona y amiga Penny ha visto una selección de lo mejor de ‘Lost’, previa a la finale. Creo que soy un poco más objetivo que ella (y tengo un mejor conocimiento de la serie) pero es difícil rebatir sus valoraciones. Si la abogada Penny Harris sabe hacer algo, eso es argumentar.

El día que le descubrí ‘Through the looking glass’, ese clásico entre los clásicos, Penny se enfureció tras ver a Ben ordenando la muerte de los losties que habían sido capturados en la playa (Sayid, Jin, Bernard).

Penny: ¿Por qué hacen eso?
Sergio: Son Los Otros… actúan así…
Penny: ¿Por qué? Para mí no son más que unos asesinos.
Sergio: ¿Es que no puedes empatizar con un asesino?
Penny: Por supuesto que puedo. Pero no con ellos. Matan porque sí.
Sergio: Creen que defienden la isla con lo que hacen.
Penny: Eso es ridículo. Nunca se nos explica por qué hacen lo que hacen. Y así es imposible interesarse por ellos.
Sergio: Si fuera así como dices, los Otros no hubieran vivido en el imaginario colectivo de tanta gente durante seis años.
Penny: La gente tiene un imaginario colectivo muy discutible.
Sergio: ‘Lost’ es puro ‘pulp’. Es como un cómic de acción. Si se detuviesen a explicar todas las cosas que no explican, sería una serie distinta.
Penny: Desde luego. Sería una serie mejor.
Sergio: ¿Qué esperas de ‘Lost’?
Penny: Lo mismo que espero de cualquier historia. Espero un tratamiento inteligente de los temas que se tratan.

Ver ‘Lost’ con Penny ha sido muy refrescante, como podéis comprobar.


Mis diez momentos lostianos. Los que me enamoraron. Por los que siempre recordaré esta serie, a pesar de todos sus estupendos defectos, de los que muchos hemos aprendido y seguiremos aprendiendo.

10.


I never wore pink…
I never voted…
I have never been in love…
I never blamed a boar for all my problems…
I never carried a letter around for twenty years because I couldn’t get if off my baggage...
I never killed a man…


La auténtica, la genuina, la más real subtrama amorosa de toda la serie. Sawyer y Kate en estado puro.

9.

Jack has a bomb.

Who cares?


En una serie grandilocuente me resulta difícil resistirme ante el encanto del reencuentro con Rose y Bernard (y Vincent, el personaje más inteligente de todos). ¿A quién le importan Jack y la bomba y la madre que los parió a todos? Corona la escena un momento de una intensidad dramática que no por subterránea es menos impactante. Juliet, nuestra Juliet, la mujer del estado de ánimo inamovible, tiene una visión de la felicidad y de cómo ésta se le escapa entre los dedos. Su destino no es ser feliz. Para mí, mil veces más duro que la muerte de cualquier otro personaje, Charlie y los Kwon incluidos.

You sure you don’t want some tea?

Maybe another time.






8.





I’m sorry this happened to you.

7.


We’ll have to take the kid with us.

6.




Es muy personal, pero me pareció una escena cojonuda. De ‘Whatever happened, happened’, el capítulo más infravalorado de toda la serie.

5.


You found your loophole.

Indeed I did. And you have no idea… what I’ve been through… to be here.


‘The incident’. El último gran episodio de ‘Lost’.

4.


Penny… you answer Penny…

3.

I will kill you… if I have to…


Jack… you are not supposed to do this…

2.


I can’t lead anyone…



1.



Picture a box. You know something about boxes, do you John? What if I told you that somewhere on this island there is a very large box and whatever you imagined, whatever you wanted to be in it… when you opened that box there it would be… What would you say about that, John?

I’d say I hope that box is big enough to imagine yourself up a new submarine.

Why are you so angry, John?

Because you’re cheating. You and your people. Communicate with the outside world whenever you want, you come and go as you please, you use electricity and running water and guns… You’re a hypocrite. A pharisee. You don’t deserve to be on this island. If you had any idea what this place really was… you wouldn’t be putting chicken in your refrigerator…

You’ve been here eighty days, John… I’ve been here my entire life. So how is it that you think you know this island better than I do?

Because you are in a wheelchair… and I am not.



Unos recobraron la esperanza con los flashforwards… yo con John Locke y Benjamin Linus.


Adiós, Lost, adiós. Y, por favor, no vuelvas nunca. Te queremos así como te has quedado. Imperfecta y hermosa como un mango machacado.


Sergio. 5/6/10.

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