martes, 13 de abril de 2010

135. “Lost”: balance del segundo tercio de la 6ª.


SI NO HAS VISTO HASTA EL 6X12 DE 'LOST', LEERÁS COSAS MUY PERCALERAS QUE TAL VEZ NO QUIERAS SABER.


‘Lost’ no necesita probar nada más. Ni siquiera tiene por qué darnos el final apabullante que todo el mundo espera. La historia de los supervivientes del Oceanic 815 ya es un mito moderno con independencia de la frustración que genere esta última temporada. Estas palabras suenan a decepción, aunque sólo es una manera de hacerme eco de la polémica desproporcionada que están teniendo los episodios de la sexta. Intentaré analizarla como mejor pueda y, de paso, engrandecer y ridiculizar algunos aspectos de la serie más apasionante de la historia de la televisión. Sí, me he posicionado muy a favor de esta temporada. Porque si el primer tercio nos daba una de cal y otra de arena, el segundo ya nos ha atragantado con episodios míticos que serán recordados como piezas clave de la saga. Hablo de Alpert, Sun, Desmond y Hurley. De las pequeñas respuestas. Del horror y el drama que se intuyen en cada escena. Bienvenidos al comienzo del fin. Si en el post anterior tenía que hacer un ejercicio de fe, ahora ya sólo tengo que seguir el ejemplo de Jack Shephard y “dejarme ir”.

- Respuestas a grandes misterios.

Algo que el espectador medio siempre ha exigido como parte de la interacción buscada por los creadores de ‘Lost’. En este tramo de la sexta ya sabemos, grosso modo, qué es la isla (el tapón que guarda al demonio en su botella); qué son los susurros (las almas en pena de los condenados, los que murieron en la isla tras un historial de corrupción, como el injustamente odiado Michael); por qué Alpert es eterno; y más importante, qué significado tiene la línea temporal alternativa en relación con la trama isleña. Todo muy choricero, todo muy pillado por los pelos. Pero yo, al menos, nunca esperé otra cosa. De hecho, rezaba secretamente para que no me soltasen un monólogo del tipo “Muy bien, Hugo, pues resulta que los susurros vienen de una propiedad electromagnética de la isla producida por la fusión de blablablatirolitiroli… y ése es el origen de los susurros, ¿contento?”. A quien le gusten este tipo de cosas, ya puede empezar a tirarse de los pelos o a enviar sus paquetes bomba a Cuse y Lindelof, porque si la eternidad del tinerfeño Ricardus es el salario por los servicios ofrecidos a Jacob (tan simple como eso), ¿qué no serán el resto de misterios de la isla? Pues eso, trucos, magia, espectáculo, deus ex machina.

La metáfora del vino, síntesis perfecta
entre cristianismo e iconografía romántica.


Leo por la blogosfera que ahora todo el mundo se siente traicionado por las soluciones que implican a un ser superior interviniendo en la acción. Sinceramente, no sé en qué momento la serie prometió ser rigurosa y científica. ¿Seré muy conformista? Tal vez, pero recuerdo ver la segunda temporada, hace cuatro años ya, y darme cuenta de que aquello era demasiado grande como para no estallar en mil pedazos. Pues bien, la cosa ya lleva bastante tiempo explotando y pitando por todos lados, gracias a las metáforas visuales de la escotilla, la rueda de la fortuna, los flashes blancos que te transportan por el espacio-tiempo o las rubias que se dan de hostias con cabezas nucleares para crear una dimensión paralela. Y nunca consideré dejar de ver la serie, porque su compromiso con el entretenimiento es mayor que su compromiso con la realidad, la coherencia e incluso el sentido del decoro, y eso es algo tremendamente valioso. He dicho.

- Not Penny’s boat.

La línea temporal alternativa, auténtico problema para algunos seguidores de la serie, ha empezado a cobrar sentido. Primero nos maravilló la sorprendente historia de Benjamin Linus, por fin funcionando como eco del Ben que todos conocíamos y de su caída y redención actual. Luego nos percatamos de que todos los personajes se miran en un espejo, ligeramente aturdidos por su apariencia, si es que eso no le sucede a cualquiera que se mire en un espejo (por algo son los objetos domésticos más aterradores). Sun y Jin elevaron el interés de esta línea temporal a la estratosfera, en parte porque resucitaron el humor y la acción imprevisible que hicieron de la fórmula de ‘Lost’ un éxito. Y Desmond nos trajo de vuelta a la serie sus IloveyouPennys, y la polémica de la sexta temporada empezó a dibujar algunos claros en el cielo. Desmond es el portador de la esperanza.

A través del espejo...

El momento en que Charlie crea un símil de su muerte (por amor) en la otra vida, apoyando la palma de su mano contra un cristal (espejo), es el momento en que la línea temporal agarra al espectador para no volver a soltarlo. Ambas historias están entrelazadas y condenadas a entenderse en algún momento del final de la serie, y Cuse y Lindelof entendieron que esta confirmación no podía hacerse de rogar por más tiempo. Desmond, el hombre de la constante entre dos mundos, tal vez el único personaje que entiende el sentido de las vidas de los losties, (all you need is love, brotha), es ahora la llave maestra de ‘Lost’ tras “violar las reglas” de la realidad a la que pertenece. Mientras un Desmond pretende desarmar la percepción de los pasajeros del Oceanic 815, el otro entiende los planes de Widmore (al que creo que podemos empezar a considerar como uno de los buenos) y se adentra en el corazón de las tinieblas. Sin miedo. Que no sin alma, como el estático Sayid. Perfecta fusión de las dos realidades.

La última entrega de ‘Lost’ nos ha dejado el mejor cliffhanger de la sexta temporada, con Desmond atropellando al inválido John Locke en el aparcamiento del instituto. No sólo es una respuesta al ataque del Hombre de Negro en el pozo (nueva interrelación entre las dos realidades) sino el descubrimiento de un mapa de intenciones mucho más complejo del que nos habíamos imaginado. ¿Qué sabe Desmond? ¿Qué sabe Eloise? ¿Qué deben hacer los losties con su recuerdo recobrado? ¿Qué pasa si Locke o Sun mueren? ¿Quién dijo que esta línea temporal no era apasionante?

- La isla te da, la isla te quita.

La arbitrariedad aparente o, por qué no decirlo, la crueldad de la isla, es uno de los temas clave de esta negrísima última temporada. Tenemos ya muchos ejemplos del absurdo y sinsentido que simboliza la intervención de Jacob. El más goloso es la conversión de Illana en carne picada y chamuscada, algo totalmente impredecible y patético. Necesitábamos que Ben verbalizase sus sentimientos encontrados frente a esta tremenda ironía:

“Illana… though she was hand-picked by Jacob, trained to come and protect you candidates, no sooner that she tells you who you are, then she blows up. The island was done with her. Makes me wonder what’s gonna happen when it’s done with us.”

Todos nos preguntamos lo mismo. ¿Qué pasará con los losties cuando la isla empiece a repartir leña? Porque, al fin y al cabo, Illana nos la suda un poco. Pero Hurley y Sun y tantos otros, no. Ya vemos cómo los regalos de Jacob pueden acabar convirtiéndose en un auténtico horror, los estragos y muertes qué provocan su política de no-intervención o la forma que tiene de hacer de rabiar a su prisionero. La isla es una hija de puta. “Estamos muertos y esto es el infierno”, dice Ricardo. Aunque ya sabemos que no es exactamente así, está claro que la isla (y sus creadores) no van a tener clemencia. Y yo lo celebro. Sólo ansío que Jacob y el Hombre de Negro sean dibujados con un poco más de precisión; creo que el pleno disfrute del final de la serie depende, en gran parte, de lo claras que tengamos las intenciones de estos dos entes.

- Balance y distribución del tablero.

Tras una pequeña joya de la casa (‘Doctor Linus’) y un episodio menor (‘Recon’, que cargará con el sambenito de tener uno de los peores últimos minutos de la serie), la sexta ha pisado el acelerador y nos ha regalado cuatro capítulos prodigiosos, tras los cuales ya no tengo ninguna duda de que tanto la recta final como la última entrega van a ser traqueras y dinamiteras. ‘Ab aeterno’ es la historia romántica y romanticista de cómo Richard Alpert llegó a la isla en el Black Rock y jugó con los dos entes hasta decantarse por el bando del vigilante, y no el del vigilado. Los logros artísticos, el temazo musical de Michael Giacchino y la impresionante secuencia de la playa tras el tsunami avalan la importancia de un capítulo que, no obstante, me parece algo sobrevalorado. La histeria provocada por ‘Ab Aeterno’ (votado el segundo mejor episodio de la serie después de ‘The constant’) se debe no tanto a los descubrimientos bastante previsibles en torno a Richard Alpert sino a los impagables Mark Pellegrino y Titus Welliver, las estrellas invitadas más fascinantes de la televisión.

'Happily ever after'. ¿Mejor episodio de la sexta?


Estoy más a favor de lo que estaba por venir. ‘The package’ y ‘Happily ever after’ nos reconciliarían con esa dimensión tan extraña y tan gris en la que los losties parecían actuar en contra de su naturaleza (ahí estaba la gracia). No tengo ninguna duda de hablar del primero como el mejor episodio centrado en Sun y Jin, escrito con una precisión milimétrica y, al mismo tiempo, con la soltura y espontaneidad tan típica de esta serie. Y Desmond tal vez nos ha ofrecido el capítulo con más carisma de esta temporada… por el momento. De ‘Everybody loves Hugo’, que acabo de ver hace apenas dos horas, también tengo bastantes elogios y una queja muy personal acerca del maquillaje atroz que le ponen a Cynthia Watros (Libby) en el momento estelar de su reaparición. Este episodio reúne a los personajes en un mismo lugar de la isla y nos deja, corazón en puño, con el reencuentro esperadísimo entre Jack y Locke, o entre Matthew Fox y Terry O’Quinn. Que salten las chispas, por favor.

Tres personajes relativamente ajenos al corazón de la serie (Ben, Alpert y Miles) se dirigen a Dharmaville para recoger dinamita y volar el Ajira 316 que pretende utilizar el Hombre de Negro. Con lo cual, tenemos a los importantes (los del Oceanic, o los candidatos) en un espacio compartido, listos para definir quién está del lado de quién y cómo va a ser esa guerra tan anunciada. ¿Qué me llama la atención de este nuevo tablero? En primer lugar, el liderazgo enternecedor de Hurley, cuyo avance frente al Calvo casi me hizo llorar por su temor y sensibilidad. Y también la iluminación de Jack: frente a su tendencia general a arreglarlo todo y a intervenir en todo, opta por lo más sabio, que es dejarse ir. Dejarse guiar. “You have no idea how hard it is for me to sit back and listen to other people telling me what I should do”. Pero lo hace, en beneficio de Hurley. Eso no quiere decir que Jack no vaya a ser el sustituto de Jacob, sino que su personaje ha aprendido a lo largo de las últimas temporadas, ha evolucionado, y es por eso que ahora lo siento inesperadamente cercano. Jack se me hace querer y no doy crédito. Pero no nos hagamos pajas, porque Terry O’Quinn sigue siendo el mejor actor de la serie. O si no, volved a darle a vuestro reproductor en el momento en que Desmond le dice que no sirve de nada tener miedo. He ahí un dominio sobrecogedor del gesto.



Follow the leader, dude.


Disfruten, amigos. Un episodio, un parón, otro episodio, otro más, el penúltimo y la SERIES FINALE. Parece mentira que hayamos llegado hasta aquí. Aprovechémoslo al máximo. Y recordad que lo que se lleva ahora es parar a desconocidos atractivos en la calle y preguntarles “Oye, ¿yo no te conozco de una línea temporal alternativa?”.

Sergio. 14/04/10.

4 comentarios:

Diego Stabilito dijo...

Querido Sergio, totalmente de acuerdo contigo. A mi la sexta temporada me está encantando, no ha dejado de ser Lost en ningún momento, pero la gente no va a estar contenta con nada. Y ojo a la sangría que va a haber cuando termine la serie. Una pena...esto me recuerda a aquellos que echaban pestes de Six Feet Under porque el piloto apenas tenía que ver con el resto de la serie...o los que sin embargo siguieron viendo Prison Break entusiasmados a pesar de que la serie perdió el rumbo a mitad de la segunda temporada. Disfrutemos de lo que queda de Lost...una cosa me sabe mal y es el no volverme a sorprender cuando la vuelva a ver...aunque el otro día volví a ver una escena de la que ni me acordaba y flipé (la del pajaro que decía Hurley). Yo te he hecho caso y ya he empezado con Breaking Bad, solamente llevo dos capítulos pero promete mucho. Así que a disfrutar del finalllllllllll

Unknown dijo...

La verdad es que me sorprendió la forma en que desvelaron el tema de los susurros. Primero, porque dedicaron sin venir a cuento demasiada atención a un misterio menor, o al menos a mí me traía bastante sin cuidado (nada comparado con, por ejemplo, quién coño es el niñato ese que pasea sonriendo por ahí). Y sobre todo, por la forma explícita en que lo resolvieron, la única vez en toda la serie (en esto, como en otras muchas cosas, esta sexta temporada está rompiendo sus propias reglas; al menos eso hay que concederle): Coge Hugo y suelta "uy, creo que ya se la solución de este misterio" y acto seguido va junto a Michael y le dice "Oye, la solución a este misterio es ésta, ¿verdad?" Y el otro asiente. Cuando nos habían dado una respuesta tan en bandeja? Vamos, que a mí, Sergio, me parece que lo que hicieron fue EXACTAMENTE eso que tú dices que no han hecho.

En cuanto a la línea alternativa, yo fui del grupo de los detractores, de los que pensaban que esa línea no aportaba nada o, de hacerlo, estaba tomándose demasiados capítulos en demostrarlo. Tras el episodio de Desmond, y tras en de Hugo, en el que se confirma el nuevo rumbo que tomará esta realidad, me desdigo pero sólo en parte. El hecho de que ahora por fuin haya un nexo entre ambas realidades, y que estas estén destinadas a unirse en algún momento, no justifica que me haya tenido que tragar como 10 capítulos de morrallita paralela. Quiero decir, realmente va a ser determinante en algún grado el hecho de que Jack tenga un hijo con el que mantiene una relación difícil? O que Sawyer sea un poli que se cepilla a las pelirrojas? A lo mejor resulta que al final sí, que todo importa por algún motivo, y me tengo que desdecir de nuevo. Pero mientras, ahi queda eso.

Estupendo el capítulo de Hugo. Genial la mueret de Ilana, y más genial aún lo muchísimo que se la suda a todos los personajes. Hasta Niki y Paulo generaron más consternación. Una reacción insulsa para un personaje insulso. Ni cadáver que enterrar dejó esa zorra. Bien.
Tierno el reencuentro con Libby, personaje desaparecido desde hace muuuuucho tiempo. ¿Por qué no se le presenta a Hugo en la isla? Será porque su alma no está condenada a quedarse allí? aun así, si tanto le quería, podría pasarse de vez en cuando... zorras todas. En fin, como digo, muy tierno, aunque eso no signifique que me haya vuelto partidario de que el amor y la ñoñería sean la única forma de que la consciencia de uno salte entre realidades. A más ñoño, más saltarín. Pues vaya. Ahora estrenan Pasion de Gavilanes a la española en la 3, para el que se quede con ganas de más tras el fin de Lost.

Anónimo dijo...

Me encanta que metáis baza.

Cuando hablo de soluciones pilladas por los pelos o "no explicadas" me refiero, precisamente, a la sencillez e inmediatez de la que tú hablas, Civera. No deja de ser un apaño apresurado de un misterio que a mí tampoco me quitaba el sueño (de hecho, podrían haberlo dejado en suspenso y yo, tan contento), pero el descaro con el que lo afrontan tiene mucho encanto. Y no es una justificación compleja de los susurros, que es lo que muchos esperan y piden a gritos. Lo que pretendía, querido paisanín, era hacerme eco de las críticas (la mayor parte, absurdas) que leo en Internet, y relacionar expectativas generales con soluciones de última hora. Dicho lo cual, también soy fan de la escena entre Michael y Hurley. A lo mejor no se había notado.

A mí siempre me encantó la otra línea temporal. De hecho, soy fan de la pareja que forman Sawyer y Charlotte, pero entiendo que eso es muy personal. Tengo mucha fe puesta en el desenlace a esta trama tan polémica y que a mí me fascina por su forma de enlazar temas recurrentes de la serie con un sentido circular. Por otro lado, también es un auto-homenaje un poco complaciente.

Cholo, mete caña a 'Breaking bad'. Mejora y mejora y mejora y mejora...

Sergio.

Anónimo dijo...

Yo creo que el tema de la trama alternativa que se desarrolla fuera de la isla, es simplemente una manera de decir "Cuquines hacer lo que os de la gana, pero de la isla os librareis cuando a mi me de la puta gana, hagais lo que hagais" vamos que nadie escapa a su destino, y ese pasa por la isla.

El tema de que desvelen cosas que no tienen gran relevancia, o se pasen por el forro, las reglas o formas en que lo hacian anteriormente, yo la verdad que no me importa demasiado. A mi la serie cumple de sobra con el objetivo basico, que es entretenerme, y lo hace de largo, como la mejor que vi hasta ahora, o al menos la que mas me gusto, seria mas justo esto segundo.

En cuanto a las criticas de internet, y las teorias que la gente intenta colar por internet, a mi que quereis que os diga, soy un ignorante en cuanto al tema audiovisual y cinefilo y quizas mi capacidad de analisis sea nula, pero no me aportan nada y me parecen superfluas.

Por cierto creo que a libby deberian haberla sacado antes, que hugo tenia derecho a disfrutar de su corto romance aunque fuera con apariciones, que a otros personajes, les salian continuamente.


Señor X