miércoles, 11 de noviembre de 2009

CI. Lo que sale de la boca.


Una ráfaga de frío angélico ha venido a posarse sobre la jungla. No es el monzón, sino algo relacionado con la presión atmosférica que me gustaría poder explicar, pero que no puedo, y sólo debo añadir en mi ignorancia que procede del Golfo de Bengala. En cualquier caso, es una maravilla. Llueve torrencialmente durante diez minutos en los que la tierra parece caerse en un pozo del que le será difícil salir. Los relámpagos desnudan las copas de palmera a medianoche. A menudo, un rayo azul se desliza por el cielo como una culebra y acaba dándose de cabeza en el mar, antes de desaparecer en la evanescencia de la noche. Y mis amiguitos indios se quejan del frío que hace, lo que no les impide seguir haciendo sus fiestas en las verandas de las casas deshabitadas. Hay una tranquilidad asombrosa en mi escondite de la costa malabar, subrayado por el rumor de las olas, por el viento enfermizo del trópico y por una constante sensación de pérdida que, lejos de ser triste, deleita a los sentidos de una forma inexplicable.

Y dejo ya de ser un coñazo.

No hago cosas dignas de un blog de viajes, y por eso no publico casi nada. Escribo en mi habitación, como a horas regulares, y frecuento a la gente de la zona cuando la oscuridad nos impide vernos con nitidez. Se me ha ocurrido hablaros de algunas personalidades que me fascinan y a las que profeso mucho cariño. Entre ellas, lamentablemente, ya no se encuentra Kiran, al que, de hecho, procuro evitar siempre que puedo. El pobre chaval se ha entregado al crimen por la peor de las razones imaginables: el dinero (harto decir que él, precisamente, no lo necesita para comer). Hay que ser cafre. ¿Desde cuándo ir en contra de la ley tiene que tener una justificación? Burlar la legalidad está en la naturaleza del ser humano, entre otras cosas porque la transgresión es muy anterior a la ley, y por lo tanto es más sagrada. Pero hacerlo por afán de lucro es tonto. Es como quien cree que realmente se puede llegar a poseer algo. Pero todo esto nos llevaría muy lejos… Caray, sí que estoy coñazo hoy.

El Teto’s brothers club se ha redefinido en torno a Shafi, Irumban, Amjath y un servidor. Aaron no nos frecuenta mucho, pero es mi preferido por varias razones que expondré en breves. Amjath, el sonriente y altísimo musulmán obsesionado por las tecnologías, es uno de los seres humanos más inteligentes y sensibles que he conocido. Lamenta no hablar bien inglés cuando, en realidad, su inglés es excelente y mucho más expresivo que el mío. Le gusta aprenderse todos los nombres de mis amigos y familiares para después mandarme mensajes de texto al móvil firmados por ellos. Es muy sincero y dice lo primero que se le pasa por la cabeza cuando se apodera de mi teléfono y observa las fotografías que guardo en él. Esto proporciona grandes momentos, aunque sólo compartiré los que no hieran sensibilidades. A mi ahijada Sonia la llama “Little angel”, y no hay noche que no me diga lo mucho que ama a mi amiga polesa María, un sentimiento bastante frecuente en varones de cualquier nacionalidad. De hecho, todo el club se ha rifado ya a mis amigas: Irumban está loco por Ana, mientras que Deepak es más de Barci, a Shafi la que le tira es Ela de Castro (aunque ya le dije que estaba casada), Samir quiere proponer en matrimonio a Gra o a Alazne, la que se deje (es un partidazo, aviso), y Amjath no puede decidirse entre Begoña y María. Tenemos una liada muy buena. Pero el nombre de Begoña es, posiblemente, el más nombrado por todos los hombres de Adi Kadalayi, enamorados del sonido de esa “eñe”. Que si Begoña esto, que si Begoña lo otro. Casi siento que estoy en la Pola, tomando una caña en El Jota.

Ya comenté que Shafi se nos va a trabajar al Golfo, y es por eso que ha surgido en mi mente la idea de invitarle a un viaje antes de mi marcha a Australia. Al fin y al cabo, ni Shafi ni casi nadie de los alrededores ha salido nunca del estado, y cuando les hablo de otros lugares de India se les ponen los ojos como platos. Así es que estoy planeando llevarme al irresistible Shafi y a Irumban de paseo por las ruinas gloriosas de Hampi, en Karnataka. Eso será un grandísimo capítulo. Amjath trabaja demasiado y está demasiado tiranizado por su familia como para permitirse el más mínimo escape. Por si fuera poco, tiene diversos ataques de epilepsia por culpa de los cuales no puede ir a trabajar, con lo que pierde dinero, además de salud. Es increíble cómo la vida se ceba con algunos de ellos.

Nuestras noches son antológicas, y aunque nunca hablemos de nada, y las cosas que tenemos en común sean nulas, hay una fascinación incuestionable en cada uno de nuestros encuentros, y creo que es mutua. Ahora que arrecian tormentas cada dos por tres, nos volvemos más locos que nunca (o mejor dicho, ellos se vuelven locos y yo les sigo la corriente). A veces salgo de mi casa y sólo tengo que seguir los cánticos para ubicarles en algún lugar secreto de la oscuridad, la espesa y sugerente oscuridad de la selva, llena de serpientes huidizas, puercoespines gigantescos y ranitas más pequeñas que un lunar. Cuando llego al club que toque, escucho sus diatribas en malayalam, de las que extraigo alguna palabra suelta, me río con su tono de voz, realmente tierno, y a los pocos minutos se ponen a cantar y a bailar y a hacer música. Son unos percusionistas maravillosos, y es todo un placer escuchar los sonidos mágicos que son capaces de extraer de dos botellas de plástico. La luz de las velas y las linternas, el sonido tempestuoso de la lluvia, el tacto salado y aceitoso de los ‘snacks’ y el color de los ‘lungis’ son sólo algunos de los reclamos más destacados de estos botellones particulares, en los que no falta el whisky, que ya nunca más podré mezclar con Coca Cola.




Fugaces como vinieron se han ido muchos segundos de intensa felicidad en los porches. Si los magnifico es porque son la culminación de un día de buen trabajo, y es que estoy muy contento con lo que escribo últimamente, y estas rachas hay que vivirlas con intensidad.

Un día que me fui con un psicólogo camerunés y una israelí insoportable a ver la tormenta eléctrica sobre el mar, encontré a Aaron y a Samir con un pedal muy considerable. Les envidié, y cómo no, les seguí, aunque la oscuridad ya se los había tragado, y a mí también. Encontré a Aaron muy cerca de su casa, y mantuvimos una conversación maravillosa, digna de Tennessee Williams. (Nota: al respecto, diré que muchos de ellos hacen menciones inconscientes a ‘La gata sobre el tejado de zinc caliente’, cuando argumentan que la cerveza no les gusta nada porque no les hace ‘click’; qué sabios).

Aaron: ¿Qué haces aquí?
Sergio: Vine a ver qué hacíais.

Aaron: Tienes la mente sucia, pero eres un buen chico, y te quiero.

Sergio: Yo también te quiero, Aaron.

Aaron: Pero tienes la mente sucia… cosas sucias pasan por tu cabeza…

Sergio: Estás borracho.

Aaron: Sí… pero tú también.

Sergio: Vale. Un poquito.

Aaron: ¿Por qué me miras?

Sergio: ¿Dónde quieres que mire? ¿Al suelo?

Aaron: Tú sabes a qué me refiero… Yo… yo… vivo aquí, esta es mi casa… la playa, y todo lo que hay alrededor… es mi casa, y mis amigos… todos me conocen aquí… pero no me conocen de verdad, porque yo soy diferente… hago cosas muy malas… tengo malos pensamientos… Pregúntales a ellos, a Shafi, a Irumban, pregúntales cómo soy yo…

Sergio: ¿Cómo eres tú?

Aaron: No… Teto, no… Mente sucia… ¿Por qué has venido aquí? ¿Qué venías a buscar? ¿Eh?
Sergio: Nada.
Aaron: Oh. Buen chico. Mente sucia. Te quiero.

Sergio: Yo también.

Aaron: Vamos a pegarnos.


Y nos pegamos. Aaron es un poco nenaza, y da patadas en los huevos, lo cual es muy rastrero. Además, tenía a su perra para defenderle, con lo cual fueron dos contra uno, algo injusto si me permitís la apreciación. Pero eso nos enfrió la cabeza. Desde esta insólita escena, situada en un bello sendero humedecido por la lluvia, Aaron es mi ojito derecho, somos inseparables y ha hecho que mi atención pase de su sexto dedo a su atormentada psicología. Grande Aaron.



"El 'click' de Tennessee Williams,
imposible de alcanzar con una cerveza".


En casa de Kurien las cosas siguen como siempre. Los turistas son siempre aburridos, mortalmente aburridos, aunque uno de ellos me pasó al ordenador las cinco temporadas de ‘Peep show’, una sitcom británica que se merecerá una entrega extra de ‘A través del espejo’, porque es increíblemente divertida. Como siempre, Kurien intenta instruirme como buenamente puede, y su sabiduría, nada fácil de entender ni de catalogar, alcanza cotas sublimes. Me encanta tomar café con él mientras me cuenta cómo eran los veranos de su infancia, cuando él y todos sus primos viajaban por el verano de casa en casa, hospedándose con unos tíos o con otros mientras completaban su rutina de bañarse en las lagunas, pastorear y hacer funciones teatrales por la noche. Tan bucólico que parece inventado. Es muy sensual viajar por esos paisajes de una infancia tan alejada a la de uno, en la que el juego y la imaginación en su estado más puro eran posibles. La vida de Kurien es muy interesante, y él no ahorra generosidad cuando se siente con ganas de contar cosas, y cosas, y cosas, en un zigzagueante viaje al pasado de la Kerala rural, uno de los lugares más increíbles del mundo.

En el siguiente episodio, el retorno de Pradeep, más lluvias, más cotarros, más Aaron, más alcohol, más palabras, menos palabras.

Sergio. 10/11/09.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sergii,como me emociona saber que tus amigos nos conocen y nos rifan y que les hablas de nosotras,dile a Amjath que no hay nada que pensar,que Begoña, Begoña. ¿cuando te veremos? yo soñaba ilusionada que quedaba un mes para que volvieras como sorpresa navideña y que estariamos horas en el Jota escuchandote, pero alguien me dijo ke en diciembre te irias a Australia y que no vendrías.....me muero de pena! Ser vuelveee, un año sin ti es mucho tiempo, te echamos de menos.¿tu como estás?.
La Mori será mamá en unas horas,Ana Die y yo tenemos ke contarte nuestra vida en Francia y Barcelona, Barci vive con Claudi en Madrid y ya hay comedia, Maripe tiene nuevo amor, Gabo tmb y vive por toda España por trabajo... nose....no te entran ganas de marujear? jeje.
Cuentame tus planes.
Un besazoooooooo te echo muchisimo de menos.
Bego(ÑA)

Anónimo dijo...

Reconozco que hace mucho que no me asomaba por tu blog,pero me acabo de llevar una muy grata sorpresa...toy toa "respiga" después de leer la parrafadita con la que nos deleitaste.Me vienen muchas cosas a la cabeza...imposibles de explicar con palabras, lo que sí te puedo decir es que aunque no estamos a tu lado en persona, lo estamos con en el pensamiento y no nos olvidamos de ti.
PD:jajja, tiene gracia,otro Samir en mi vida; uno francés y otro indio!!
Un beso muy fuerte. Gra